domingo, 30 de enero de 2011

BUCLE 1

Cuando las gotas de agua llegan a pesar tanto que sientes que te aplastan el alma, es posible que haya llegado el momento de sacar el paraguas.
De repente, pisas un charco y notas que el agua te llega al cuello. Miras la alcantarilla y ves que aún sigue atorada por las hojas con que los árboles regaron las calles el otoño pasado.
Y, pese a que arrecia el temporal, sigues caminando y ves que los socavones de la calle cada vez son más grandes y numerosos y piensas con desdén que alguien debería hacer algo para arreglarlo.
Caminas hacia casa sin prisa pero sin pausa, sorteando socavones que rebosan agua y alcantarillas que no tragan, mientras el paraguas, zarandeado por el viento, pone en jaque tu agotada muñeca y, una vez más, vuelves a ser consciente de que, tras un par de giros de llave, encontrarás el reconfortante abrazo de tu casa, la irreductible guarida en la que nada te afecta y todo pasa.
Te sientas ante el portátil y escribes: "Cuando las gotas de agua..."

martes, 25 de enero de 2011

ERRAR ES DE VIVOS

Podría reescribir mi vida mil veces con todos los errores manifiestos que he cometido y de los cuales he sido consciente y me he arrepentido alguna vez en el pasado.
Podría sacar de ellos otras tantas vidas distintas, quién sabe si mejores que la que tengo ahora y con la cual me he de conformar.
Podría vivir mi vida otras cien veces y volver a cometer los mismos errores o no y, sin embargo, arrepentirme igualmente de los no cometidos.
Podría viajar al pasado para deshacer lo que hice en su momento y vivir mis vidas no pasadas y, al final, darme cuenta de que más vale pájaro en mano que ciento volando.
Podría intentar enmendar los errores según me doy cuenta de ellos antes de que la bola se haga tan grande que me sea imposible pararla y me arrastre sin remedio hacia donde no quería llegar.
Podría...
Pero es posible que los errores sólo sean un modo de justificar aquello que no nos gusta de una vida que vivimos con un ojo mirando al pasado y otro al futuro, sin percatarnos de que el auténtico error es no ver lo bueno que se nos presenta a cada instante.
En definitiva y a pesar de todo, puedo decir orgulloso que aún sigo cometiendo errores, lo que significa que , a fin de cuentas, sigo vivo y que, por tanto, tampoco lo he hecho tan mal.... porque errar es de vivos.

jueves, 20 de enero de 2011

RETROSPECTIVA DE UN PASADO MEJOR

TRASCENDENCIA I
Sé que mañana no podré pensar. No pensaré en nada, porque nada me lo permitirá. Y cuando digo pensar quiero decir imaginar, soñar, calcular, descifrar, divagar mentalmente… ¡Yo qué sé!
Sé que mañana dejaré de pensar. Después de tantos años me podrá venir bien. No pensaré ni en ti ni en mí, ni en ellos ni en vosotros. ¿Quién lo necesita? A partir de mañana mi cabeza dejará de estar poblada de caras con nombre o de nombres con cara o de caras sin nada… ¡Qué sé yo! Sólo sé que estará vacía, despoblada, sin nadie que me moleste. Limpiaré mi materia gris de pensamientos y de cualquier cosa que me pueda hacer pensar. Y, así como el aire que va llenando una vasija según se va vaciando, así será llenado por el vacío el hueco que dejen esos pensamientos, fluyendo libremente desde la nada.
Al fin seré libre, porque mi mente será liberada de la prisión en la que fue confinada hace ya tantos años.
¡Qué magnífico! Toda mi vida escapando, fluyendo, liberándose a través de un pequeño agujero de 9 milímetros de diámetro.

TRASCENDENCIA II
Has cerrado la boca, por fin. Te ha costado pero, felizmente, la has cerrado. Ya pensaba que iba a tener que aguantar tu insulsa verborrea eternamente. ¡Qué descanso!
No tengo ni idea del tiempo que has necesitado para conseguir que ese agujero negro y hediondo que tienes por boca dejara de emitir aquel monótono e hiriente sonido considerado, aunque me cueste admitirlo, como voz. Me ha parecido una eternidad. Una interminable eternidad aguantando el golpeo múltiple al que me has tenido sometido. Una insufrible eternidad escuchando una y mil veces la ristra de reproches, burlas y mentiras que han permitido que, finalmente, te desahogaras y te quedaras –supongo- tranquila. Reproches que, por otro lado, siempre he considerado absurdos.
Pero, qué más da. Lo importante es que definitivamente he dejado de oírte. Ahora, lo único que oigo son tus pasos alejándose hacia la salida, tu leve gimoteo desvaneciéndose en el aire y reverberando en las inmaculadas paredes de la sala y la puerta cerrándose con un golpe seco tras de ti.
Al fin todo es silencio. Rodeado por el gélido, seco y oscuro ambiente del depósito, tengo la certeza de que ya nada podrá perturbar la que creo que es mi merecida Paz Eterna.
 
EL BOSQUE 
A los veintimuchos años de edad llegas a creer que ya lo has vivido todo y que nada nuevo te puede sorprender, sobretodo si con el paso del tiempo tu vida se ha reducido a la rutina diaria de dormir, trabajar, comer, salir los fines de semana y, de vez en cuando y si los hados te son favorables, echar algún que otro polvo. Así era mi vida antes y,aunque a la mayoría de los mortales como tú os pueda llegar a aburrir, te aseguro que la prefiero a la que llevo ahora. Todo el puto día caminando de un lado para otro sobre una interminable alfombra de hierbajos carnosos y húmedos,sin otra cosa que hacer mas que mirar hacia arriba intentando atisbar algún rastro de cielo que asome tímidamente entre las frondosas copas de los árboles que, vaya a donde vaya, siempre me rodean, para averiguar si se avecina una tormenta o no, ya que es el único fenómeno que perturba la aburrida monotonía de este lugar, o si es de día o de noche, porque aquí todo está iluminado siempre con la misma pálida y mortecina luz, o si realmente hay algo más ahí fuera que no sea bosque. 
Lo único que rompe el tedio de mi actual existencia es la presencia de los otros. Sí, los otros, porque hay más gente aquí, conmigo. Pero llegaron antes que yo, unos hace mucho y otros poco antes de mi llegada, aunque el tiempo exacto que llevamos aquí cada uno no lo sabemos porque no hay nada que nos permita medirlo. Quizá el crecimiento de los árboles pero es que, al final, realmente te termina importando una mierda el paso del tiempo. Bueno, a decir verdad, hay un detalle que te da una idea, no del tiempo transcurrido, sino de quiénes delos que aquí estamos son los más veteranos. Tiene que ver con el aspecto físico, pero no es el envejecimiento porque aquí nadie envejece. Es, más bien,el cambio del color de la piel y de sus matices y su textura. Da la impresión de que con el tiempo el bosque te va haciendo suyo, te vuelves como él, con sus tonos verdosos y ocres, húmedos y, a su vez, ásperos. Vas tomando su aspecto,inhóspito y sobrecogedor pero a la vez lleno de vitalidad. Realmente, cada vez que veo a uno de esos veteranos, tengo que hacer un esfuerzo mental para no creerme que es un elfo o algún ser fantástico de aquellos que habitaban en los bosques de antaño. Además, da la casualidad de que casi todos ellos tienen rasgos marcadamente orientales y hablan un idioma que bien podría ser chino o japonés. Ciertamente, pocos somos los occidentales que hasta aquí hemos venido a parar, aunque creo que todos desde el Viejo Continente. 
Por cierto,hablando de venir a parar, tal vez quieras saber precisamente eso: cómo he llegado hasta aquí y qué clase de bosque tan extraño es este. Sin embargo, me temo que no podría ni sabría explicártelo, pues no lo recuerdo. Pero lo que sí te puedo decir es que lo último que recuerdo de mi vida “normal” es que estaba admirando de cerca un regalo de empresa que me había hecho el director de la compañía para la que yo trabajaba. Se trataba de un precioso y milenario bonsai de hayas dispuestas en forma de bosque.

CITAS INCITADAS (Una colección de citas imposibles extraídas de relatos jamás contados)

“Mientras me dirigía por aquel angosto y oscuro pasillo hacia la arena del circo, fui consciente de que allí mismo me estaría esperando Caronte, dispuesto a cobrar sus dos monedas de plata por hacerme cruzar Estigia. Asumí por tanto que la hora de mi muerte no andaba muy lejana."

“Inconscientemente y casi sin darme cuenta, aquella tarde me sorprendí pensando en ti y en lo que vivimos juntos y, de repente, lo vi todo claro. ¿Cómo pude haber sido tan ingenuo de no caer en la cuenta de que de un antro como aquel en el que nos conocimos, en el que las cucarachas corrían libres y felices por encima de los platos, no podía salir nada bueno?.”

“Aquella mañana el ambiente en la ciudad bullía como nunca antes recordaba, no en vano acababa de impactar el primero de una larga serie de misiles nucleares.”

“Me sentí como si el Tiempo se hubiese detenido a nuestro alrededor. Totalmente entregados a la pasión que rezumaba por nuestros poros, ella sostenía firmemente mis manos entre las suyas y yo, hipnotizado por su belleza, no podía dejar de mirar sus grandes y preciosos ojos del color de la miel y sus rojos y carnosos labios, de los que sólo me separaba un palmo. Fue justo en ese preciso y precioso instante cuando todo mi ser se vio convulsionado por un inoportuno y salvaje estornudo.”

“Así que, después de aquello, no tuve más remedio que partir solo hacia un lugar apenas familiar para mí, donde no esperaba encontrarme a nadie conocido y en el que, cualquier esperanza de éxito personal, resultaba totalmente vana. Es más, de no haber sido por lo que pesaba la condenada maleta, habría pensado que estaba muerto y que mi destino era el mismísimo infierno.”

“De repente, en un segundo, vi desfilar mi vida ante mis ojos. Y, entonces, pensé: Pues menuda mierda de vida.”

“Aquel paseo espacial en la profundidad del espacio fue el más desastroso que se recuerda en la historia de la Agencia. Mi compañero estuvo a punto de perecer en el transcurso del mismo debido a que, no se supo muy bien cómo y a pesar del duro entrenamiento recibido en la Tierra, sus constantes vitales se dispararon hasta que terminó perdiendo los papeles. Afortunadamente, logramos devolverle al interior del módulo en el último momento. Años después, durante nuestro retiro en la colonia marciana, me confesaría en su lecho de muerte que jamás había logrado vencer el pánico a la oscuridad que sufría desde la infancia.”

“...Era como si un tren me hubiera pasado por encima: me sentía incapaz de poner un poco de orden en mi caótico cuerpo.”

“Conseguimos seguirle el rastro hasta la fábrica de toldos pero, una vez allí, nos dio esquinazo fácilmente; por algo se hacía llamar La Sombra.”

“Un silencio inquebrantable envolvía a todos los asistentes a la comitiva fúnebre, la cual avanzaba lenta y majestuosa entre los cipreses que flanqueaban el camino hacia el mausoleo familiar. Habría sido un funeral digno de reyes de no haber sido porque alguien olvidó traer al difunto desde el tanatorio.”

“Nuestra situación era desesperada: nos encontrábamos a miles de kilómetros de la civilización y, ahí fuera, la ventisca arreciaba cada vez con más fuerza. Entonces, en aquel preciso momento, el capitán Starving, sin perder un ápice de su flema británica, comenzó a mascullar a duras penas: Señores, es sabido por todos que nos encontramos al borde de la muerte, sin víveres y sin posibilidad de hacernos con provisiones. Es por ello que creo conveniente decir que va siendo hora de que pongamos algo de nuestra parte. De modo que, como jefe de la expedición, me siento en la obligación de ser el primero en dejar a su entera disposición mi enjundiosa pierna izquierda.”

“El capitán al mando arengó a sus tropas diciéndoles con voz quieta pero firme: Caballeros, hoy será un gran día y en sus manos queda que permanezca en el recuerdo de muchas generaciones. De modo que, sin más dilación, antes de que el mariscal de campo haga acto de presencia dispuesto a dirigir el asalto, hagan el favor de recoger su equipo y... ¡por Dios y por la dignidad de nuestro compañeros caídos! ¡Aléjense como alma que lleva el diablo de este infierno!.”

Eclosión

Aquí comienza mi blog... que ya era hora. Llevaba meses dándole vueltas y, finalmente, he dado el paso, supongo que por aquello de que año nuevo, vida nueva y nuevos propósitos. El caso es que si no me veía muy convencido era porque no andaba yo muy fino estos últimos años en esto de escribir, de reflexionar y de crear, como si después de más de una década escribiendo canciones y otras hiervas se me hubiese secado el pozo de la creatividad o me hubiesen abandonado las Musas. Pero, en fin, supongo que todo es ponerse.
El caso es que esto es el comienzo de algo, no sé si grande pero sí espero que útil y entretenido, al menos para mí. Y espero que pueda servirme para volver a atraer a esas Musas que se olvidaron de mi. De momento y para romper el cascarón, empezaré publicando escritos que hice en un pasado remoto y  olvidado, cuando todo sin duda era mejor y, en concreto, esta primera entrada se la dedicaré a algo que escribí hace ya casi dos décadas y que hoy me ha servido para darle nombre a este blog; algo que en principio quería ser la letra de una canción pero se quedó finalmente en una especie de creación poética en prosa y que no deja de ser, en realidad, una descripción surrealista y bastante fiel del concepto que tengo de mi mismo: