jueves, 9 de febrero de 2012
Una actitud ante la vida
Ríete de la vida mientras puedas porque cuando mueras ya será demasiado tarde.
lunes, 6 de febrero de 2012
Sobre el aparente estancamiento de la cultura occidental
Este gélido domingo pasado estaba yo fumándome un cigarro a la intemperie en mi Madrid natal y, con eso del frío, me sorprendí pensando en una noticia que, un par de días atrás, había visto en el Telediario de TVE. La noticia en cuestión hablaba de que un equipo de investigadores había descubierto un tipo de grasas pardas en humanos que, en condiciones de frío (de ahí que me acordase de la noticia) o actividad física, contribuían a quemar la grasa blanca acumulada en el tejido adiposo. Al hilo de dicha noticia y con el cigarro aún entre mis entumecidos dedos, recordé que cuando estudiaba Biología en la universidad, hacia principios de los 90, ese concepto de grasas pardas y su relación con la grasa blanca ya se conocía. De modo que, sin querer, me encontré haciéndome la siguiente pregunta: ¿qué novedad aportaba dicho descubrimiento sobre lo que ya se sabía dos décadas atrás? La búsqueda de una respuesta para esta pregunta me llevó a reflexionar sobre ciertos acontecimientos que vienen sucediendo de un tiempo a esta parte en el mundo y que no hacen más que incitarme a sospechar que la civilización occidental cada vez se asemeja más al concepto de civilización que representa la realidad virtual recreada en la película Matrix: un mundo que parece estancado en su avance, como si hubiese llegado a un punto de desarrollo tecnológico, cultural y social a partir del cual no se pudiera ir más allá.
No es que piense que nos sucede lo mismo que en la película antes citada: que vivimos un mundo que no es real, ni mucho menos, sino más bien que la situación socio-económica y política de la civilización occidental está lastrando un desarrollo que podría ser mucho mayor de no existir ciertos intereses supranacionales por parte de la élite que maneja la economía mundial. Ejemplos de lo que digo, además de ciertos “novedosos” descubrimientos científicos de cosas que ya se conocían (como lo de la grasa parda), son las recurrentes intervenciones militares en Oriente Próximo en pro de la democracia o el tema de las energías renovables que llevan décadas siendo la eterna alternativa al petróleo que solucionará la crisis energética y ecológica en la que, cada vez más, estamos hundiendo al planeta y que, efectivamente, a día de hoy no dejan de ser una promesa sin cumplir. Podría hablar también de los avances en la curación y/o erradicación del planeta de ciertas enfermedades que, sí, parece que se avanza pero, al final, casi que nos encontramos en el mismo punto que hace dos décadas.
No es que piense que nos sucede lo mismo que en la película antes citada: que vivimos un mundo que no es real, ni mucho menos, sino más bien que la situación socio-económica y política de la civilización occidental está lastrando un desarrollo que podría ser mucho mayor de no existir ciertos intereses supranacionales por parte de la élite que maneja la economía mundial. Ejemplos de lo que digo, además de ciertos “novedosos” descubrimientos científicos de cosas que ya se conocían (como lo de la grasa parda), son las recurrentes intervenciones militares en Oriente Próximo en pro de la democracia o el tema de las energías renovables que llevan décadas siendo la eterna alternativa al petróleo que solucionará la crisis energética y ecológica en la que, cada vez más, estamos hundiendo al planeta y que, efectivamente, a día de hoy no dejan de ser una promesa sin cumplir. Podría hablar también de los avances en la curación y/o erradicación del planeta de ciertas enfermedades que, sí, parece que se avanza pero, al final, casi que nos encontramos en el mismo punto que hace dos décadas.
Al final, a la conclusión que llego es, como antes había apuntado, que los intereses económicos de unos pocos han condenado al estancamiento al resto de
Curiosamente,
Evidentemente, todo esto no deja de ser más que una elucubración mía que no sé si será acertada o no. Me gustaría pensar que no y que, simplemente, es un bache más sin mayor importancia en el avance de la cultura humana, aunque sólo sea por el hecho de que, siguiendo con el paralelismo con
En fin, dicho esto y en vista de lo preocupante del asunto, creo que me fumaré un cigarro. No obstante, un último consejo: ante todo, que no cunda el pánico.
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